"Frente la apatía y el inmovilismo actual no nos quedaremos de brazos cruzados" Esteban Silva.
Entrevista de ROBERTO AVILA Esteban Silva es un sociólogo de amplia trayectoria política , fue asesor directo del Presidente peruano Alejandro Toledo durante su gobierno, de conocimiento y relación personal con prácticamente todos los dirigentes de izquierda de América Latina. De activa participación para poner término a la dictadura de Pinochet en Chile y de Fujimori en Perú. Fue miembro del Comité Central del PS de Chile, el cual abandonó para apoyar a Jorge Arrate. Actualmente dirigente del Frente Amplio de Izquierda, partido en formación.
Le entrevistamos cuando volvía a Chile luego de haber presentado un libro-entrevista del comandante nicaragüense Tomás Borge a Fidel Castro en Ecuador, evento que contó con la presencia del propio presidente Rafael Correa
Esteban, Jorge Arrate fue para muchos, personalmente hablando, el mejor de los candidatos, Sin embargo el recaudo electoral marco una avance más bien modesto a que atribuye esto, usted que fue director ejecutivo de la campaña?
En mi opinión el 6,2% de votación nacional obtenida por Jorge Arrate como abanderado del Juntos Podemos y del Frente Amplio tiene un alto valor político estratégico cualitativo y cuantitativo con proyección de futuro. Sobre todo, si tomamos en cuenta las condiciones en que se desarrolló su campaña en relación a las otras candidaturas y a todas las campañas anteriores de la izquierda, ellas fueron:
Primero, debido a la necesidad de concentrar fuerzas para perforar el sistema electoral binominal nuestra campaña presidencial tuvo candidatos a parlamentarios en tan solo 12 de 60 distritos y no tuvo ningún candidato al senado en las circunscripciones impares. Aquello nos perjudicó electoralmente e hizo más difícil el despliegue de la campaña de Arrate en todo el territorio nacional.
Segundo, la feroz invisibilidad y exclusión sistemática a la que fue sometido Arrate y sus propuestas, por parte de los grandes medios de comunicación.
Tercero, las maniobras y discursos públicos de las campañas de Eduardo Frei y de Marco Enríquez Ominami, para debilitar la opción de Arrate con el mañoso argumento de que votar por Arrate era darse un gustito y que este no era competitivo. Sumemos también el agresivo ataque del empresario y jefe político de MEO, Max Marambio, de que Arrate era un candidato complementario o “galleta” de Frei, debido al pacto instrumental entre el Juntos Podemos y la Concertación. A lo anterior, hay que agregarle el enorme despliegue de recursos y medidas coercitivas hacia su base de la cúpula del socialismo concertacionista para tratar de impedir el que los socialistas se redomiciliarán finalmente en la izquierda, reconociendo en los socialistas allendistas y en Arrate el legado de Allende como culturalmente necesario para reconstituir un proyecto de transformación antineoliberal para el Chile del siglo XXI, a partir de una nueva alianza social y política transformadora desde la izquierda.
Otro factor en los resultados, fue el impresionante poder del dinero expresado en publicidad millonaria, tal como quedó claramente de manifiesto en los impactantes montos millonarios gastados y reconocidos ante el Servicio Electoral por las campañas de Piñera, Frei y MEO. La relación es absolutamente asimétrica si se las compara con los modestos y casi irrisorios recursos de Arrate.
A pesar de todo ello, la izquierda con Arrate obtuvo su mejor votación en 20 años gracias al esfuerzo voluntario y ad honorem de miles de independientes, dirigentes sociales y militantes de las fuerzas que participaron en la Asamblea Nacional de la izquierda en abril del 2009.
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